Estamos acostumbrados a que las piezas de teatro, danza y música estén escritas de antemano, de manera que los actuantes saben exactamente qué es lo que va a pasar. ¿Crees que tu vida también ha sido escrita de antemano? Si es así, ¿cómo te hace sentir eso? ¿Eres consciente de las muchas oportunidades que tienes de intervenir en el guión? A pesar de guiones y directores, una vez que el actuante está sobre el escenario, nadie puede impedirle que haga lo que quiera. Si no lo hace es porque se ha comprometido con hacer el espectáculo tal y cómo se preparó. Cuando uno se siente atrapado por algún guión en su vida, merece la pena preguntarse si es este el espectáculo en el que a uno le va el corazón. De lo contrario, quizás sea el momento de actuar ad libitum.
